En 1996, Cryptopsy lanzó None So Vile, un álbum que redefiniría el death metal técnico y brutal. En una época donde el género ya tenía exponentes extremos como Suffocation y Morbid Angel, los canadienses llevaron la intensidad a otro nivel con este disco. A día de hoy, sigue siendo una referencia absoluta dentro del metal extremo, amado por los fans más acérrimos y alabado por la crítica. Pero también ha sido objeto de debates y polémicas debido a su contenido lírico y su crudeza. Vamos a destripar esta obra maestra de la brutalidad.
Desde su lanzamiento, None So Vile fue recibido con entusiasmo por los seguidores del death metal más extremo. En 1996, la escena del metal ya contaba con discos emblemáticos, pero Cryptopsy logró destacar gracias a la descomunal habilidad de sus integrantes y su capacidad para fusionar técnica, velocidad y agresión en un solo paquete.
La crítica especializada no tardó en reconocerlo como un álbum adelantado a su tiempo. Medios como Terrorizer y Decibel lo han incluido en listas de los mejores discos de death metal de la historia. Lo que más sorprendió fue la capacidad de la banda para sonar tan precisa y técnica sin perder brutalidad. Mientras otras bandas del género sacrificaban agresión en favor de virtuosismo, Cryptopsy encontró un equilibrio perfecto.
Los fans, por su parte, lo acogieron como un clásico instantáneo. Aunque el álbum no tuvo la mejor distribución en su momento, el boca a boca lo convirtió en una joya de culto. A medida que internet y los foros metaleros crecieron, la reputación del disco se disparó, con muchos considerándolo el mejor álbum de death metal de los 90.
Pocos álbumes han tenido el impacto que None So Vile ha dejado en el death metal. Su influencia es evidente en bandas posteriores como Origin, Beneath the Massacre y Archspire, que tomaron la velocidad y la técnica de Cryptopsy como referencia. Pero incluso en los grupos de deathcore más técnicos se pueden notar rastros de la locura estructural que esta banda impuso con este álbum.
A pesar de que Cryptopsy ha sacado otros discos, la sombra de None So Vile siempre ha pesado sobre ellos. Es el clásico con el que todo lo que hicieron después fue comparado, y aunque han lanzado buenos trabajos, muchos fans consideran que nunca pudieron igualar este nivel de perfección brutal.
El álbum también ha sido clave en la evolución del metal extremo. Antes de su lanzamiento, el death metal técnico no era tan popular, pero Cryptopsy demostró que se podía ser increíblemente técnico sin perder la esencia salvaje del género. Bandas como Necrophagist y Spawn of Possession seguirían caminos similares años después, pero None So Vile dejó la fórmula establecida.
Otro aspecto que hace especial a None So Vile es su contenido lírico. Mientras que muchas bandas de death metal recurrían a temáticas gore explícitas o referencias satánicas, Cryptopsy optó por letras más poéticas y abstractas, aunque igual de perturbadoras. Inspiradas en literatura oscura y conceptos filosóficos, sus letras retratan violencia, decadencia y desesperación desde una perspectiva casi teatral.
Algunas partes parecen sacadas de un monólogo shakesperiano demente, con líneas que describen la miseria humana de forma tan elegante como enfermiza. El vocalista Lord Worm, quien también escribía las letras, tenía un talento especial para convertir el horror en poesía, algo que lo diferenciaba de muchos de sus contemporáneos.
Pero no hay que engañarse: a pesar de la estética literaria, las letras de None So Vile siguen siendo profundamente perturbadoras y gráficas. Hablan de asesinatos, torturas y obsesiones psicóticas, aunque presentadas de una manera menos obvia que el típico "sangre y vísceras" del death metal más tradicional.
Si bien el álbum fue ampliamente elogiado, no estuvo exento de controversia. La brutalidad de la música y las letras no eran aptas para todo público, pero lo que más llamó la atención fue la portada. La imagen, una pintura del siglo XVII titulada "Herodias con la Cabeza de Juan el Bautista" de Elisabetta Sirani, generó críticas debido a su representación cruda. Aunque no era la primera vez que una banda de metal usaba arte clásico en una portada, en este caso, la elección fue interpretada por algunos como una provocación directa.
Aparte de la portada, las letras de Lord Worm también fueron objeto de debate. Algunos criticaron la extrema violencia de sus textos, aunque el vocalista siempre defendió que eran simplemente arte y no reflejaban ideologías ni creencias personales. Para él, el death metal debía ser transgresor, y si sus letras incomodaban, entonces había cumplido su cometido.
Otro punto que generó discusiones fue la crudeza del sonido. Para algunos, el álbum era demasiado caótico y difícil de digerir. La producción, aunque clara, no tenía la pulcritud de otros discos de death metal técnico posteriores, lo que llevó a algunos oyentes a considerarlo demasiado agresivo incluso dentro del género. Pero para la mayoría de los fans, esa crudeza era precisamente lo que hacía al disco tan especial.
Hoy en día, None So Vile sigue siendo un pilar del death metal. Es un disco que no envejece, y cada nueva generación de metaleros lo descubre con la misma sensación de asombro y terror que sintieron los primeros en escucharlo. Su velocidad, técnica y brutalidad siguen siendo difíciles de superar, y su influencia se extiende a múltiples subgéneros del metal extremo.
No es un disco para cualquiera. Su intensidad puede resultar abrumadora, sus estructuras pueden parecer caóticas y sus letras no son aptas para los sensibles. Pero para quienes buscan la esencia más pura y agresiva del death metal, este álbum es prácticamente inigualable.
Cryptopsy creó con None So Vile un monumento de violencia sonora que sigue impactando casi 30 años después. Si el metal extremo tuviera una biblia, este disco sería uno de sus capítulos sagrados.
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