Lanzado el 2 de abril de 2007, Icons of Evil es el sexto álbum de estudio de la banda estadounidense de death metal Vital Remains. Enmarcado en el extremo más despiadado del género, este disco mantiene la esencia de su predecesor, Dechristianize (2003), pero amplifica aún más la brutalidad, la velocidad y la intensidad de la ejecución musical. Con una duración extensa y una producción densa, el álbum se posiciona como uno de los más implacables dentro del death metal moderno. En esta reseña, analizaremos su sonido, producción, ejecución instrumental, lírica, arte y legado.
El sonido de Icons of Evil es una obra maestra de la brutalidad. La producción del álbum estuvo nuevamente a cargo de Erik Rutan, reconocido por su trabajo con Hate Eternal y Morbid Angel. Su enfoque en resaltar cada elemento de la instrumentación resulta en un sonido claro y poderoso, sin perder la crudeza característica del death metal. Cada riff es cortante, la batería es un torbellino de velocidad y la voz se impone con una agresividad demoledora.
Uno de los aspectos más llamativos de la producción es la mezcla equilibrada entre la velocidad extrema y la claridad sonora. A pesar de la intensidad y la densidad de las composiciones, cada elemento se distingue con precisión, permitiendo que la complejidad de los arreglos brille sin que el resultado final se convierta en una masa de ruido indistinguible. Los solos de guitarra, una de las firmas del sonido de Vital Remains, destacan por su precisión técnica y su expresividad, elevando la composición a niveles épicos.
El dúo conformado por Tony Lazaro en la guitarra rítmica y Dave Suzuki en la guitarra líder y la batería ofrece una ejecución de primer nivel. Suzuki, además de ser un guitarrista excepcional, demuestra su virtuosismo en la batería con un desempeño implacable. Sus blast beats y dobles bombos sostienen la estructura del álbum, proporcionando una base rítmica inquebrantable sobre la cual se construyen los riffs.
El trabajo de guitarra es uno de los aspectos más memorables del álbum. Los riffs son intensos, agresivos y de naturaleza casi sinfónica en su construcción. Hay una clara influencia del metal neoclásico en algunos pasajes, lo que añade una dimensión adicional a la brutalidad general del disco. Los solos, repletos de velocidad y melodía, crean contrastes interesantes con la ferocidad de los versos.
En cuanto a la voz, Glen Benton (también vocalista de Deicide) regresa para ofrecer una interpretación absolutamente despiadada. Su estilo gutural profundo y su rango dinámico complementan la atmósfera caótica y blasfema del álbum.
La portada, al igual que su contenido lírico, es una declaración provocadora: una reinterpretación blasfema de la crucifixión, que deja claro el tono del álbum desde el primer vistazo. La temática sigue explorando el anticristianismo, la opresión religiosa y la rebelión, con una ferocidad que se refleja en la intensidad de la música.
Cada composición está diseñada para impactar con riffs afilados, cambios de ritmo impredecibles y una batería demoledora que no da respiro. La voz gutural añade una capa extra de brutalidad, enfatizando la atmósfera oscura y despiadada del disco. Con una duración extensa y una ejecución impecable, Icons of Evil es un álbum que no hace concesiones y reafirma el compromiso de Vital Remains con el death metal extremo.
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